Volvemos con un cuento impresionante de Martina, una buena amiga de www.laotraruta.org que nos presenta su diario sobre un país guapísimo del África negra, Zanzíbar, archipiélago del Océano indiano a unos 25-30 kilómetros de las costas de Tanzania. En el lenguaje común cuando se habla de Zanzíbar se entiende la isla principal, cuyo verdadero nombre es Unguja. La segunda isla del archipiélago por tamaño es Pemba. El origen del nombre Zanzíbar es curioso: deriva en efecto del persa Zang-i-bar (la tierra de los negros). En cambio algunos piensan que el origen del nombre deriva de la asonancia de la palabra árabe referida al jengibre zanjabil, una de las numerosas especias producidas en la isla…
Salida y llegada un poco traumáticos: Zanzíbar
Salimos desde Barcelona a las tres de la madrugada, el frío es punzante. El vuelo para nada tranquilo (tormentas fuertes hasta la costa de libia) aunque aterrizamos la misma mañana sin más problemas. La azafata abre las puertas del avión y de repente percibimos el calor prepotente del trópico. El aeropuerto casi parece el plató de una película, pero de hace sesenta años al menos. El edificio parece más una nave que un aeropuerto, y es todo un caos: alguien nos pide pagar para no abrir las maletas, y nos acordamos de una película en donde Totò (un actor italiano) le proponía a un turista la compra de la fontana di Trevi!
Por suerte cuando se está de vacaciones estos aspectos parecen más tolerables, y además, todo esto nos ofrece la manera de ver la realidad de esta pequeña zona de África.
Zanzíbar: una tierra auténtica
Desde los primeros instantes nos percatamos que Zanzíbar nos tiene preparadas también muchas sorpresas: la isla nos enseña vistas, que nos emocionan. Enciendo enseguida la cámara de fotos y me parece casi de tener un filtro de colores: el rojo es más rojo, el azul es más azul, cada tonalidad es más intensa, así como intensos son los perfumes que se respiran una vez entrados en la ciudad. Mi ojo detrás del objetivo no se lo acaba de creer.
La Ciudad de Zanzíbar Town es una increíble mezcla de razas y arquitecturas: del estilo moro al árabe hasta el colonial. El centro (Stone Town) ha sido declarado patrimonio del Unesco, y se caracteriza por las construcciones de piedra coralina. Atravesar sus callejones bajo la caliente tarde es pesado, y nos encontramos cansados y sedientos, decidimos entonces tomar el aperitivo en el African House, gozándo de la puesta de sol tal como hicieron los miembros del club británico en época colonial. El espectáculo que vemos paladeando nuestro drink es él de los dow (las típicas embarcaciones de pescadores árabes) qué atraviesan la bahía cruzando el sol que cala definitivamente sobre el mar es impagable.
¿Ganas de mar? Quedaros en la costa este
La costa este de la isla es aquella que merece la estancia por así decir «marítima»: la playa de Kiwengwa no es nada más que una lengua de arena blanca larga kilómetros, y atravesada cada día por la población que va a pies a trabajar. Gracias a un simple paseo a lo largo de la playa, conocemos pescadores y personajes curiosos que nos proponen excursiones, vendedores de objetos africanos, jóvenes mujeres con sus críos fajados al pecho. Todos nos sonríen a pesar de que la indigencia de estas personas sea casi palpable.
Un bungalow a escasos metros del mar
Durante mi estancia, me han dejado un bungalow a veinte metros del mar, con un patio digno de una reina, así puedo gozar de la compañía de un buen libro, mientras observo la marea bajar la mañana, o jugar a las damas mientras espero poder hacer el baño. El mar es casi blanco y el agua caliente.
Se alcanza la barrera coralina con aletas y máscara cuando la marea lo permite (aquí las mareas también llevan a una variación diaria de muchos metros) dejándonos sin embargo nadar entre los peces ballesta y también algún agradable pez pelota.
Zanzíbar: no sólo mar
Para quien se cansa de transcurrir sus días sobre una tumbona en la playa las alternativas son muchas, pero a veces basta con sólo ir hacía el interior de un par de kilómetros, para ser circundados por centenares de niños, que se contentan de una pluma o a lo mejor de una gorra a cambio de una sonrisa. La gente es muy pobre, pero decorosa y hospitalaria.
La excursión que indudablemente me ha quedado en el corazón es la a la bahía de los delfines, llamada por los locales safari azul, que os permitirá, con un poquito de suerte, avistar a una manada de delfines muy sociables. Los hemos seguido con un pequeño barco cubierto por horas, y una vez de vuelta hacia la ribera, mientras haciamos snorkeling, los hemos visto llegar y regalarnos bajo el agua alguna evolución antes de irse. A la vuelta de esta bahía situada en el sur de la isla se atraviesa el Parque de Jozani, dónde se pueden admirar los monos rojos, hoy en riesgo de extinción.
También merece la pena visitar, siempre en el sur de la isla, la famosa lengua de arena, un islote que desaparece con la pleamar y reaparece todos los días, circundado por una interesante barrera coralina y peces de todo tipo. Después de un bonito baño se puede uno protegerse del sol ardiente bajo una cortina mientras los pescadores ofrecen fruta, así jugosa y dulce, que me parece de comer una piña por primera vez en mi vida.
En Zanzíbar la cosa mejor de hacer es tomarselo con calma, «pole pole», también gozar del dolce far niente, hacer la siesta encima a una hamaca mientras se mira el mar, sin necesidad de organizarse los días completamente : esperad por la llegada de los dow para ver el pescado, probad a jugar al fútbol en la playa con una pelota hecha de trapos con un grupo de niños entusiastas como en el mismísimo bernabeu, haced partir un coco a una señora para beber el zumo con pajita.
Las noches pasan de prisa, delante de un plato de crustáceos y dulces de coco, y luego en la ribera del mar gozando de un espléndido cielo estrellado, tratando de imaginar cuando en el mar fueron avistados aquí los barcos de piratas y aventureros..
Informaciones Generales
Alguna información para quien quiere visitar Zanzíbar:
- Documentos: es necesario tener pasaporte.
- Moneda: chelín de Tanzanía, (TZS)
- Vacunas: antes de la salida, es preferible consultar con un médico acerca de la oportunidad de someterse a la profilaxis antimalarica y eventualmente vacunarse contra las otras enfermedades endémicas.
Curiosidades
El músico Freddie Mercury, líder de la banda británica Queen, nació en esta isla un jueves 5 de septiembre de 1946 con el nombre de Farrokh Bomi Bulsara.
Cuando ir a Zanzíbar
Un viaje a Zanzíbar se presta también para los meses de final de otoño – comienzo del invierno. Las cercanas festividades pueden representar una interesante ocasión para transcurrir siete o más días en la isla.
Los Hoteles Más baratos de Zanzíbar
Aquí encontráis una selección de los hoteles presentes en Zanzíbar.