
La Orotava
Como parte de mi ruta por Tenerife en coche, tuve la oportunidad de visitar durante unas horas la localidad de La Orotava. Tiempo, a todas luces insuficiente, pero que me sirvió para conocer un poco mejor las particularidades de este municipio tinerfeño.
Constituye La Orotava uno de esos lugares curiosos cuya combinación de atractivos resulta singular, ya que además de una interesante colección de casas y edificios en su casco urbano cuenta con los propios de estar enclavada en el Parque Natural del Teide. A ello se le suma ser una localidad costera en la que puede disfrutarse de varias playas, una de las principales razones por las que la mayoría de turistas eligen Canarias para sus vacaciones.
De este modo, tanto los amantes de la arquitectura como quienes se sienten atraídos por la naturaleza, encontrarán sobrados motivos para hacer una visita a esta localidad tinerfeña, ya que puede alternarse la actividad cultural con las de aventura, las de ocio y las de relax. Una mezcla muy atrayente y que explica por qué La Orotava es un destino turístico de primera magnitud.
Comenzando el recorrido por las calles de La Orotava, hay mucho y muy variado que visitar si el objetivo es admirar los edificios e iglesias con los que cuenta. Entre los más destacados, sin duda cabe resaltar La Iglesia de San Agustín, financiada por las más poderosas y ricas familias de la localidad, y La Iglesia de la Concepción, de estilo barroco y cuya estructura actual data de finales del XVII, tras demolerse la original por daños causados por movimientos sísmicos.
Esta última es visita obligada en La Orotava, y merece la pena verse no sólo desde fuera, sino también admirar su notable decoración interior. Cuenta con dos torres, una gran cúpula y capillas laterales, que le confieren una espectacular majestuosidad. Fue declarada monumento histórico-artístico de interés nacional a mediados del siglo XX.
En mi paseo por las calles de La Orotava, también tuve ocasión de admirar el edificio del Ayuntamiento, y su plaza, y un gran número de casas señoriales, las cuales se distinguen claramente por la presencia de su sello heráldico en la puerta principal. La Casa Molina, la Casa Benitez de Lugo, La Casa Valcárcel, La Casa Mesa, la Casa Franchy o la Casa Fonseca son algunas dignas de mención, en especial ésta última, conocida popularmente como La Casa de los Balcones. Construída en 1632, cuenta con con un patio interior construido en madera tallada, y acoge una tienda de artesanía u un centro de formación.
Y es que las artesanías típicas son uno de los signos de identidad de La Orotava. De hecho, otra de las tradiciones clásicas de este municipio son las alfombras de flores, y justo unos metros más allá de La Casa de los Balcones, puede encontrarse el Museo de las Alfombras, que permite conocer el origen y la historia de éstas.
Si bien mi paso por La Orotava puede considerarse fugaz, me permitió conocer algunos detalles que ignoraba previamente, como por ejemplo que en el municipio se diferencian dos zonas, llamadas la Villa de arriba y la Villa de abajo, y que, contrariamente a lo que el nombre parece sugerir, en el pasado las familias más acaudaladas y de mejor posición establecieron sus viviendas en esta última. En esta Villa de abajo se pueden encontrar numerosas casas nobles e incluso un palacete como la Casa Ascanio, que actualmente acoge la escuela del Liceo de Taoro.
Como ya comenté al inicio, los motivos por los que el visitante llega a La Orotava pueden ser muy variados. Además de culturales, hay un gran número de visitantes que se inclinan por esta localidad por su privilegiada situación geográfica, que permite disfrutar a un mismo tiempo de mar y montaña.
Enclavado en pleno Parque natural del Teide, y a los pies del pico más alto de España, no son pocos quienes se trasladan hasta aquí con la intención de practicar senderismo, o estar en contacto con la naturaleza. Parte de este turismo, aunque no sea un número significativamente alto, corresponde a amantes del montañismo que pretenden ascender hasta su cumbre.
Otro perfil muy distinto es el de los turistas que eligen La Orotava por sus playas. Las playas de El Ancón, de Los Patos, o del Bollullo permiten recuperar la experiencia de sentirse en una playa virgen ya que su arena negra volcánica y la ausencia de servicios al uso les otorgan una apariencia muy particular.
En definitiva, que La Orotava ofrece un pack muy poco común de cultura, naturaleza y playa que hace de esta población un destino muy interesante. Algo de lo que ya tenía una idea aproximada antes de llegar hasta aquí, pero que he podido confirmar de primera mano en mi breve visita.
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