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Una ruta por el barrio sevillano de Santa Cruz

Sevilla tiene tanto que mostrar que pretender conocerla en profundidad en un fin de semana es un pasaporte seguro a la frustración. Por eso, con un fin de semana en Sevilla por delante, ni me planteé esa posibilidad. Prefiero ir descubriendo está ciudad mágica poco a poco y que me sorprenda cada vez que regrese a ella.

Así que, preguntando a mis amigos sevillanos, y teniendo en cuenta que mi idea era alejarme de las típicas visitas a la Giralda o el Parque María Luisa, me recomendaron hacer una ruta por el barrio de Santa Cruz, para conocer la Sevilla más genuina.

El Barrio de Santa Cruz es una amalgama de plazas, calles y edificaciones de carácter histórico artístico que te embelesa. Sin lugar a dudas se trata de un recorrido con tintes culturales pero que no pierde su esencia popular, en el que se puede aprender historia, pero también disfrutar con la simple observación de las personas que allí hacen vida.

Mi recorrido comienza en el Patio de Banderas, plaza rodeada de murallas desde la que se accede al Callejón del agua y la judería.

Patio de Banderas, Sevilla

Patio de Banderas, Sevilla

En el callejón del agua, así conocido porque antaño pasaba por allí un canal que transportaba el agua hasta los Reales Alcázares, pueden encontrarse mansiones señoriales en las que se albergan los típicos patios sevillanos cuajados de macetas.

La judería, legado de la presencia hebrea siglos atrás, está compuesta por un buen número de callejuelas, y además pueden encontrarse varios palacios e iglesias.

Llegando a la Plaza de Alfaro se sale a los frondosos jardines de Murillo, que rodean el Alcázar, y desde allí se accede a la Plaza de Santa Cruz.

En ella se puede encontrar la antigua casa de Juan Talavera, arquitecto sevillano, y una cruz de hierro llamada de la Cerrajería. También hay una placa que señala donde descansan los restos de Murillo, el genial pintor. Al parecer, dichos restos se encontraban en una iglesia en muy mal estado de conservación, y durante la invasión francesa, éstos la derruyeron sin percatarse del hecho. Hoy queda dicha placa a modo de lápida. ¿Si debajo están los verdaderos restos? Quí lo sá

Llegando a la Plaza de los Refinadores, hay una escultura en homenaje a Don Juan Tenorio, personaje literario mítico y a través del callejón Mariscal se llega a la Plaza de las Cruces , cuyo nombre proviene de  las tres que pueden verse sobre las columnas allí situadas.

plaza de los refinadores sevilla

Plaza de los refinadores

Continúo mi camino hacia el siguiente punto de interés, la calle Santa Teresa, donde se encuentran tanto el Convento de San José del Carmen como la casa del pintor Murillo, y posteriormente, a través de sinuosas callejuelas llego a una nueva plaza, la Plaza de los Venerables, llamada así por haber albergado en el pasado el Hospital de los Venerables sacerdotes. Desde allí me dirijo a la plaza Doña Elvira, un entorno típicamente sevillano, con sus jardines, sus casas, y un buen número de comercios artesanos que conforman una estampa inconfundiblemente andaluza.

Siguiendo con la ruta, continúo por lugares como la Plaza de la Alianza o la Plaza del triunfo, en la que puede verse el monumento a la Inmaculada. El recorrido cultural por estas plazas parece no tener fin, cuajadas como están todas ellas de retazos de historia.

Buena muestra de ello es la Plaza Virgen de los Reyes, donde dos lugares captan mi atención. Por un lado, el Convento de la Encarnación, y  por otro el Palacio Arzobispal. El convento, de monjas agustinas, fue fundado en 1385, ahí es nada. Y en cuanto al Palacio, reseñar que en su interior se halla el archivo General del Arzobispado, un compendio de documentos eclesiásticos de indudable interés.

palacio arzobispal

Palacio arzobispal

El punto final a mi ruta por el barrio lo pongo en la Calle Mateos Gago, donde, además de la Parroquia de Santa Cruz y numerosas Casas Palacio, me encuentro con un buen número de tiendas enfocadas al turista, y algunos bares y restaurantes en los que calmar el hambre que ya empieza a hacer aparición a estas horas. Además, desde aquí, se tiene una de las más bellas perspectivas del monumento sevillano más emblemático de todos, La Giralda.

Es por tanto el lugar ideal para hacer un alto y disfrutar de la hospitalidad y calidez de la gente de Andalucía mientras se reponen fuerzas. La ruta por el Barrio de Santa Cruz ha dejado una honda impresión en mi retina y saciado mi sed de cultura. Ahora es el momento de olvidarse del pasado y centrar toda mi atención en el presente. Y mi presente se llama birra helada y las deliciosas croquetas de rabo de toro que tengo frente a mí.

Y es que visitar Sevilla y no sucumbir a la tentación de las tapas, es pecado mortal…

Hola soy marco, un gaditano que adora los viajes y todo lo relacionado con ellos. Después de tanto viaje, he decidido compartirlos con todo el mundo y desde 2013 soy administrador de www.laotraruta.org. Gracias a mucho trabajo y esfuerzo, después de 2 años, estoy viviendo de blogging y hace poco he salido de viaje indefinido. Los sueños se pueden hacer realidad, sólo hay que focalizarlos ;)

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